De vuelta! semanas sin volver a este mi rincón, hoy feliz por estar acá de nuevo….

Luego de una conversación con alguien muy conocedor de lo que se supone es la «conducta humana», pasé varios días tratando de digerir todo el cruce de información que de manera persistente rondaba en mi cabeza;  todo cuanto hablamos (sin llegar a conclusiones ni menos aún emitir juicios de valor de carácter absoluto) venía una y otra vez de manera desorganizada, para finalmente llegar a mis propias reflexiones.

Los seres humanos llegamos a este plano con una misión ó quizás muchas de ellas, pero, indiscutiblemente con un «programa» instalado en nuestro panel de control, ser «arquitectos y constructores de «puentes»  que nos permiten interrelacionarnos no sólo con lo que nos rodea, sino además  y de manera curiosa con nosotros mismos para cumplir con la tarea que nos ha sido encomendada.

 Leo Buscaglia tiene un escrito precioso que se titula «El Puente»  y comienza:

 «Todo comienza con cada uno, y el gran puente que conduce a uno hacia los demas es el puente hacia uno mismo….».

 nunca lo olvidé y luego de mi conversación con Renny lo traje de nuevo a mi memoria…

Hay muchas situaciones en  la vida de los seres humanos, en las que de alguna manera somos nosotros mismos los constructores de nuestros «puentes»,  en otras tenderlo es labor de terceros; hay puentes de palabras dichas,de promesas, de acciones y hasta de omisiones, puentes de distancias, puentes de olvidos, «puentes de plata para los enemigos que huyen…», pero,  tambien puentes de reencuentros, de rectificaciones, de justificaciones…

Tender el puente definitivamente no es cruzarlo, hacerlo representa decidir vencer espacio y tiempo para llegar al otro lado de donde nos encontramos, son muchas las ocasiones que nos esforzamos para  hacer el tendido y, al momento de cruzarlo nos paralizamos, es entonces que racionalizamos el valor ó el costo de  atravesar el puente que con justificación o sin ella construimos.

 La manera cómo construimos  y  a qué se semeja lo que  construimos es una decisión personal; para obtener lo que deseamos con vehemencia y de manera duradera generalmente no optamos por tender «puentes colgantes ó movedizos» elegimos levantar puentes sólidos y resistentes a los avatares del tiempo, lo mismo que en la ingenieria civil…en contraposición hay circunstancias donde solo nos conformamos con levantar «puentes de guerras», temporales, removibles; la elección del puente que tenderemos para llegar a donde deseamos ó a quien deseamos puede significar el éxito ó el fracaso total de nuestra pretendida intención, algunas veces tan craso error pesa para toda la vida, pero,  no es suficiente…necesario es cruzarlo! hay puentes de tránsito ligero y puentes cuyo paso debe hacerse de manera pausada…no importa la aceleración que se imprima para hacerlo, lo relevante es que se atraviese y se llegue al otro extremo, se abandone la zona de seguridad y de confort para hacerlo,  siempre da temor no saber que nos encontraremos al otro lado, pero, allí reside y reposa nuestra decisión y valentía… asumir el reto del cruce y disfrutarlo!

Finalmente, de nuevo aludo a lo que Buscaglía  señalaba en su bello escrito y que resulta la mejor y la más sabia de las recomendaciones…» Todos estos puentes deben ser edificados en el Amor» ….y debe ser de esa manera porque  el amor es el valor supremo…

Hasta la próxima, el amor nunca muere. Con Dios estamos.