De vuelta nuevamente. Una de mis escritoras favoritas  sin lugar a dudas es Caroline Myss, leí su obra » Anatomía del Espíritu» en el año 1997, un año de muchas transformaciones y cambios en mi vida. La pérdida física de mi abuela Rosa fue un golpe duro e inesperado para mi, ella desencarnó en el mes de Febrero y en Junio un diagnóstico médico fue el medio por el  cual se valió el proceso perfecto de la vida para mi primer encuentro con la literatura de Myss, desde ese momento y, luego de leer tres más de sus obras » Anatomía del Espíritu» continúa siendo uno de mis libros de cabecera.

Ojeando sus páginas en estos días, y luego de (como siempre lo hago) pedir a mi Yo Superior me permita encontrar lo que busco ó necesito, en esta oportunidad no para mi, sino para quien digo es mi hermana gemela energética por lo afin que somos, quien ahora vive momentos de lo que ella define como una «crisis existencial»,  hallé un capítulo en el que  Carolyne  Myss habla de la » crisis espiritual» y, si bien es cierto creo que todos los seres humanos en algún momento de nuestras vidas  nos encontramos en franco conflicto con nuestras creencias, con nuestra espiritualidad, no es menos cierto que ésta confrontación no implica un quiebre o ruptura en lo que somos ó en lo que creemos, sostengo que es una visión más personal de cuanto nos ocurre que una realidad fáctica.  Me vino inmediatamente a la memoria una conversación que sostuve meses atrás con una persona muy especial para mi  quien me dijo » creo que ahora tengo un conflicto con mi relación con Dios»   a lo que respondí convencida » nuestra relación con Dios  nunca entra en conflicto, es perfecta!…creo que el ruido se está generando en tu sistema de creencias, en lo que crees es tu relación con Él «, y entonces encontré que alude  Myss a esa diferenciación entre religiosidad y espiritualidad, describiéndolo como un viaje de transición; pasar de un estado de consciencia religiosa a un estado de espiritualidad connota un traslado, una trayectoria, este tránsito puede en muchos casos luego de experimentar esa conexión con lo más íntimo de  nosotros, generar una «crisis espiritual», a mi juicio critico, nada más natural que estas aparezcan; es propio del proceso de cambio, que las estructuras se tambaleen cuando de una u otra forma invadimos o intervenimos nuestros sistemas de creencias, revisamos nuestros dogmas de fe, dice Caroline Myss  al respecto de la crisis espiritual y como reconocerlas, lo siguiente: » … se sufre una crisis de naturaleza espiritual y creer que su dilema es psicológico. Sin embargo los síntomas de una crisis espiritual son claros y de tres tipos. Generalmente la crisis comienza con una ausencia de sentido y finalidad, que la persona no puede remediar barajando simplemente los componentes externos de su vida. El anhelo es mucho más profundo, no lo puede satisfacer un aumento de salario o una promoción, un matrimonio o una nueva relación(…) las personas que padecen de una crisis espirítual tienen la sensación de que algo está tratando de despertar en su interior, pero, no saben verlo.Sentir miedos nuevos y raros es el segundo síntoma de una crisis espiritual. Estos miedos no son corrientes, como lo son el miedo al abandono y a envejecer, sino que producen la sensación de estar desconectándose de la propia identidad «Ya no sé muy bien quien soy ni lo que deseo de la vida»(…) el tercer síntoma es la necesidad de experimentar devoción por algo superior a uno (…) necesitamos comunicarnos con una fuente de milagros y esperanza(…) la ausencia de sentido, la pérdida de identidad y la necesidad de devoción son los tres síntomas más fuertes que indican que la persona ha entrado a en » la noche oscura«…».

Comprendí entonces que ella ( mi entrañable amiga Leti) al igual que todos nosotros, vivimos en algún momento «nuestra noche oscura» y, me pregunté para qué nos sirve vivir la «noche oscura», que nos  lleva en un momento dado a  sentir ese cambio salvaje en lo que representa para nosotros es lo que nos sostiene, nos soporta  y no permite  pongamos rodilla en tierra ante los avatares de la vida?…pues tal vez me equivoque ,pero, no puede ser otra cosa que el fortalecimiento, hacernos fuertes espiritualmente, no digo volvernos duros de corazón! no, hemos siempre de pedir a nuestra Superioridad sea como quiera que le llamemos, mantenga en nosotros un corazón abierto para el amor, que es la energía que condensa todas y cada una de las emociones y sentimientos. Fortalecernos implica que nada de cuanto nos suceda y percibamos con la visión humana, permita dudar de lo que somos y cual es nuestra verdadera misión en este plano, ser inmensamente felices!, para ello la crisis espiritual nos regala la oportunidad de ver con los ojos de la divinidad, con los ojos de nuestro ser crístico y adquirir el conocimiento y la consciencia que todo lo que pasa y nos parece humanamente térrible es sólo una falsa apreciación de la verdad absoluta, de la única realidad que nos circunda. Siempre pido a Dios  me permita ver lo bueno de las situaciones no agradables de mi vida y bendigo la oportunidad para ver la verdad de esa situación.

Para resistir «nuestra noche oscura», dice Myss  se necesita fe, oración y si es posible un Director Espiritual, no necesariamente ese rol debe ejercerlo un ser humano llamese sacerdote, terapeuta, rabino, padrino, etc…siempre y por encima de cualquier cosa Dios  para quienes profesamos la fe en Él ó la Superioridad de la fe que se profece será un excelente guía para encaminarnos a encontrar de nuevo la luz en nuestro espíritu y reconfortar nuestra alma, venciendo la noche oscura que se instaló en nuestra existencia. Porque como respondí en una oportunidad » nuestra relación con Dios siempre es perfecta! «.

Para cerrar este post de hoy, quiero transcribir  palabras de Ansel Grüm, un monje  quien escribió un libro titulado » La mitad de la  Vida como tarea espiritual«, que compre hace aproximadamente diez meses, no recordaba  que lo tenía en la biblioteca y, comencé a leer semanas  atrás, cito: «…la crisis es pues el punto de giro en el que se decide si se permanece cerrado en si mismo o nos dejamos abrir  hacia etapas como lo hace Tauler en sus sermones…».

Hasta la próxima!