Pues llegamos al cuarto Domingo de Adviento! el tiempo en su rauda carrera nos deja atónitos ante su paso veloz y sin tregua…llegó el tiempo de encender nuestra cuarta velita en la Corona de Adviento, con la cuarta luz meditamos con gozo la llegada del anuncio Divino de la Esperanza, encendemos la chispa de la Paz y la confianza que el tiempo mesiánico está pronto a su llegada. Al hablar de anuncio de esperanza, como no invocar a nuestra Santisíma Madre María, Madre Divina de nuestro amado Jesús y Madre de cada uno de nosotros aquí en la tierra. Este Domingo lo dedicaré a la devoción Mariana.

El Evangelio según San Lucas (1, 39-45), nos narra la visita de nuestra Señora a su prima Isabel en la tierra de Judá y de ese misterio de Gozo que representó el instante mismo cuando Isabel al escuchar la voz de María, queda llena del Espíritu Santo y el niño en su vientre saltó, proclamando Isabel ese Salve hermoso que rezamos a diario los que profesamos la fe cristiana y la devoción Mariana…

«Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».

María, es un ejemplo a seguir entre todas las mujeres, su sencillez no le resto valentía para asumir con libertad la Voluntad Divina, sin importar las implicaciones que para el contexto significaba llevar en vientre al hijo de Dios sin haber  conocido contacto carnal y la existencia de José en su vida. La Madre María es una figura piadosa, inspiradora del Amor infinito, incondicional, aseguradora de la Paz, portadora de Esperanza y confianza plena, consóladora de quienes sufren y sostén de los caidos, ejemplo vivo del servicio. María, en cualquiera de sus advocaciones trae consigo siempre buenas nuevas, con ella por compañía la soledad se extingue, el llanto cesa, las limitaciones dejan  de serlo y la alegría inunda nuestros espacios. Este Domingo de Adviento dediquemos a reconocer a María como la fuente de toda nuestra fe y confianza, ella haciendo instrumento del mandato de Dios, trajo a la vida a nuestro Redentor, lo formó conforme a lo que el Padre dispuso, lo acompañó, vivió respetando el designio del Todopodoroso, padeció la agonía de su amado hijo y salto de gozo ante el misterio de su resurrección en honor a su noble y brillante maternal desempeño, la Madre ascendió al cielo y fue coronada como la Madre Universal de todos.

Emulemos a María, resguardemonos bajo el cobijo de su manto protector, encomendemos a ella nuestro más precioso tesoro…nuestros seres amados, abandonémonos a su intercesión ante su Hijo, Nuestro Maestro y esperemos con fe, con confianza, con esperanza porque nunca desoye nuestras súplicas. Mi hija María Aurora lleva su nombre en honor a María, la llegada de nuestra pequeña a casa fue un milagro de la Madre Celestial, la Virgen nos acompañó a lo largo de veintiun días y a su partida nos dejó la promesa de nuestro deseo de aumentar la familia cumplido, dos meses despues yo estaba encinta! luego de muchos percances y más de dos años de intentos…María no solo nos regaló una niñita, sino además nos las envió en paquete completo una princesa muy sana, con una inteligencia sobresaliente, dulce, amorosa, solidaria,elocuente, genial y extremadamente hermosa! Gracias Madre María por esa Bendición en nuestras vidas!.

Ya el Jueves celebraremos NocheBuena! que la Paz y la Ventura nos acompañen durante las fiestas y a lo largo de nuestros días, la Gracia y la Bendición de Dios nos cubra y que el Niñito Jesús traiga a nuestros corazones amor, dicha y abundancia espiritual y material. Conforte nuestro corazones, nos llene de gozo y permita que vivamos siempre a la luz del que » Todo lo puede«. Feliz Navidad, Paz y Ventura! y que abunden los hombres de buena voluntad para hacer de este mundo un lugar cálido y confortable, tal y como lo diría San Ignacio de Loyola  que hagan del » Mundo nuestro Hogar».

Quiero despedir este post, citando al Papa Benedicto XVI quien durante el Angelus Dominical de hoy dijo: » Navidad no es «fabula» sino la respuesta de Dios al hombre que busca la verdadera paz.».

Hasta pronto. Con Dios estamos.